Cidade Maravilhosa
El 1º de Enero de 1502, los marineros de una carabela portuguesa quedaron boquiabiertos ante la belleza de este lugar paradisíaco. Erróneamente creían que se encontraban en el delta de un gran río, por lo que bautizaron aquél lugar como 'Río de Xaneiro' (Rio de Enero).
Las fascinantes vistas de 360 grados que ofrece la montaña del Corcovado constituyen un compendio de la belleza de Rio de Janeiro en todo su impresionante esplendor. Este retablo único formado por onduladas playas, rascacielos, montañas de granito gris, es el responsable del apodo de Río: Cidade Maravilhosa. La cumbre del Corcovado está coronada por una figura de Cristo de esteatita, que recibe al visitante con los brazos abiertos; mide 30 metros de altura desde la cabeza hasta los pies, 28 metros entre las puntas de los dedos y pesa 1145 toneladas. Es el símbolo por excelencia de la ciudad y se terminó en 1931, para conmemorar el centenario de la independencia brasileña en 1822. El Pâo de Azucar (Montaña del Pan de Azúcar), su rival, es casi dos veces más alto, y confirma que ninguna otra metrópolis cuenta con la bendición de la belleza natural de Río de Janeiro.
Las 23 playas de Río forman una extensión de arena blanca de 75 kilómetros, siendo Copacabana e Ipanema las más famosas. Esta última, que bordea los barrios de clase alta de la ciudad, es la más sofisticada y exclusiva, y, abarrotada de cuerpos esculturales, constituye una ventana al exuberanate ethos del estilo y ritmo de vida carioca.