Asia en estado puro
Malasia es una explosión para los sentidos, una fusión cultural de colores, aromas y dialectos mezclados con un intenso calor tropical. Ofrece al visitante soberbias playas, montañas y parques nacionales, además de un embriagador mestizaje cultural: malayos, chinos, indios y las tribus indígenas de Borneo. Las influencias históricas se imponen en la majestuosa arquitectura colonial de Georgetown; curiosamente hay nueve sultanes que todavía reinan, y se turnan cada cinco años, mientras que el afán de progreso queda patente en los flamantes rascacielos futuristas.
Kuala Lumpur, su capital, denominada coloquialmente K.L. por sus habitantes, se ha convertido en las últimas décadas en un centro comercial y financiero de primer orden a nivel internacional. Por la noche, las calles arboladas, los parques y los jardines públicos la convierten en un auténtico país de las maravillas y de las luces. Por ello, a Kuala Lumpur se la conoce como "Ciudad Jardín de las Luces".
Las Torres Petronas, símbolo del país y sede de la compañía petrolera Malaya Petronas, fueron concebidas por el arquitecto César Pelli como una base en forma de estrella de ocho puntas (símbolo islámico que representa el órden y la armonía) a la que se les añadieron una serie de convexidades semicirculares destinadas a ampliar la superficie útil. Se estableció un plazo máximo de seis años para finalizar su construcción. Con un coste de 950 millones de euros, se llegaron a contabilizar hasta 2000 trabajadores operando las 24 horas del día. Para cada piso se previó un tiempo de construcción de cuatro días, y el edificio debía tener 88 plantas. Entre los pisos 41 y 42, a 170 metros de altura, un puente de 400 toneladas denominado Skybridge comunica las dos gigantescas torres. En 1999, las Petronas Twin Towers se dieron oficialmente por terminadas y se celebró su inauguración. Hasta el año 2003, con su altura de 452 metros, ostentaron el título de "mayor edificio del planeta".
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