La perla del Báltico
Helsinfors, fue el primer nombre de esta ciudad, fundada en 1550 por el rey sueco Gustavo I. Aún hoy, existe un gran legado sueco en Helsinki. Ni los propios zares pudieron cambiar nada de ello tras la cesión de Finlandia a Rusia en 1809. Su ubicación cercana a San Petersburgo atrajo a la ciudad arquitectos de renombre; ellos convirtieron la urbe en una joya de estilo clásico a orillas del Mar Báltico.
Helsinki está asentada sobre una península, y unida mediante puentes y ferries a las islas que la rodean. Es una ciudad verde, una vez se ha librado del manto invernal de terciopelo blanco. La diversión está garantizada con una excursión al parque de atracciones Linnamäki y al Seaworld, que se hallan en las afueras de la ciudad.
Helsinki posee asimismo un vasto acervo cultural que pone a disposición de los amantes del arte. En verano, la ciudad se convierte en un destino sumamente agradable por sus hermosos parques, la constante presencia del agua y la fresca brisa marina. No hay grandes edificios, y Hauppatori, la plaza del mercado, está rodeada de pintorescas edificaciones del siglo XIX.
Paraiso para los amantes de las saunas, cuna de famosos pilotos de bólidos de carreras, Helsinki es una fascinante combinación de influencias rusas y suecas; una urbe íntima y tecnológicamente avanzada que se está convirtiendo en uno de los destinos más frecuentados de los últimos años.
Terveiset Helsingista, Suomesta
Saludos de Xan McTouc, desde Helsinki, Finlandia - Noviembre 08, 2008