Una ruta por bibliotecas míticas, escenarios de Harry Potter, y calles bulliciosas
Hay días en que sus pináculos góticos emiten destellos tan dorados como si el sol se acostara sobre una corona de oro. Otras veces, la bruma pegajosa se desploma sobre sus piedras bruñidas y la envuelve con un manto gris, intimista y melancólico durante días, semanas quizás, aunque el calendario se empeñe en recordar que en el resto del hemisferio es verano.
La tradición, el cimiento sobre el que se edifica Oxford. La tarjeta de visita, su seña de identidad. No existiría Oxford si no existiera ese apego a un pasado que es a la vez presente y futuro. La razón de ser de una ciudad que vive desde hace 700 años de los estudiantes. La tradición es en Oxford una constitución no escrita donde donde se estipula a que hora cierran los jardines públicos, como se poda un seto, cuando se corta el césped, en que ojal del subfusc (traje académico) se coloca el clavel para ir a un examen de Prelims, o como se alinean las embarcaciones para una regata de remo en el Támesis. Que todo siga igual para seguir avanzando.
Si la tradición es el pilar donde se sustenta la vida diaria de Oxford, el cemento que lo liga son los libros. Miles, millones de libros, manuscritos e incunables que se alinean en los anaqueles de las bibliotecas de los Colleges o de la Bodleian Library, a la que por un acuerdo de 1610 el gremio de libreros de Londres dona un ejemplar de cada libro publicado en Gran Bretaña.
El olor a libros y pergaminos inunda los claustros y patios de los Colleges. Sube por la torre del Trinity College, abierto desde 1555; se desliza por la fachada del Magdalen College, cuyos jardines son tan grandes como para albergar manadas de ciervos, y viaja luego hasta el paraninfo del Christ Church, colegio y soberbia catedral Normanda a la vez, uno de los más visitados de Oxford desde que prestara sus solemnes estancias para simular algunos rincones del colegio Hogwarts, en las aventuras cinematográficas de Harry Potter. En este colegio estudió, y después trabajó como catedrático de matemáticas Lewis Carroll, autor de "Alicia en el País de las Maravillas", el cuento con mayúsculas.
Entre los antiguos alumnos de Oxford se encuentran Tony Blair, Margaret Thatcher, Bill Clinton, además de 46 premios Nobel... Uno de los mas destacados estudiantes de ingeniería de su promoción fue Rowan Atkinson, más conocido como Mr. Bean.
Radclife Square, uno de los conjuntos arquitectónicos más elegantes de Europa, constituye el corazón de de la universidad. The High Street, delineada por magníficos edificios, ha sido descrita a menudo como una de las mas hermosas calles del mundo.
Como quién se sabe seguro de sus convicciones y vive tranquilo en la confianza de que el conocimiento acumulado en sus bibliotecas resistirá cualquier vanguardia, asumiéndola y fagocitándola hasta hacerla suya, adaptándose sin dejar de ser lo que es. Así es Oxford, una joven colegiala con 700 años de historia.
Saludos de Xan McTouc, desde Oxford, Inglaterra - Septiembre 27, 2008